De un tirón sí puede y tal vez se deba leer EL VIAJE DE ABRAXAS, del lacianiego (la Asturias irredenta, ay, donde moré en los 80) Armando Murias. Un hombre que fue de todo en todos los oficios, que hizo todo y acabó por doctorarse en Filología y abrazar la enseñanza y la literatura y una muy sugerente obra filológica. Abraxas, el dios que mezcla las dos caras de todas las vidas. ¿Quieren ustedes crímenes, leyendas, el Camino de Santiago, una puta y un acompañante viajeros desbocados, una novela negra (si se desea) con una prosa vivísima y desacomplejada, llena de vigor y diálogos de quien sabe escuchar bien? Escojo una gradación que me llenó de gusto: «Nos metimos en la piscina con el sigilo de unos cocodrilos, relucientes los ojos, brillantes los dientes, agradecido el cuerpo entero».
Francisco García Pérez. La Nueva España, 6 de junio de 2018
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