No es frecuente ver ríos por la planicie de Llanera, en el centro de Asturias. Solamente el Nora sirve de límite por el sur con Oviedo. Sin embargo, el concejo es pródigo en molinos fluviales. Llegó a tener 65 molinos, la mayoría alineados en torno a las aguas del Tuernes, un río modesto que deja muy pronto sus aguas en el Nora, a su vez afluente del Nalón.
Debajo de praderías donde comen y rumian las vacas, al lado de bosques de ribera donde se esconden las garduñas, existe un subsuelo de roca caliza por el que se mueve sigiloso el río Tuernes. En el tramo final, después de dejar el poblado de Agüera, sus aguas horadan la roca para desaparecer por tres veces en cuevas que el sol y los reflejos del agua tiñen de policromía, al igual que la vegetación que lo oculta. Por arriba del cauce del río quedan arcos de todos los estilos, cuevas con estalactitas y algunas raíces de árboles que bajan a beber de sus aguas silenciosas y misteriosas.
El gamusino. Blog de Armando Murias Ibias 
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