Con el título de ciudad gracias a Alfonso XII, Zafra es mucho más que ladrillo, piedra y paredes encaladas que forman parte de sus principales plazas, la Grande y la Chica. En medio de las dos, en el Arquillo del Pan, todavía permanece incrustada en una columna de piedra la vara de medir, un símbolo de los comerciantes que consiguieron que este lugar fuera un reclamo para todas las ferias. Como el ducado de Feria, que se hizo con la propiedad al amurallar su perímetro. En el lugar más emblemático los primeros Suárez de Figueroa levantaron su residencia, el Alcázar, hoy Parador de Turismo.
Zafra es más porque reúne los ingredientes de la Bética romana que ahora forman Andalucía y Extremadura. Por eso la llaman la Sevilla chica de Extremadura.

Es más porque Ruy López de Segura, uno de sus hijos más queridos, fue el primer campeón mundial de ajedrez en 1575. No solo eso, en 1561 ya había publicado uno de los libros más señeros en este mundo de silencio y pensamiento, el titulado “Libro de la invención liberal y arte del juego del ajedrez” en el que por primera vez teoriza sobre la aún vigente Apertura española. Protegido por el rey Felipe II, Ruy logra reunir en el Escorial el primer Torneo internacional de maestros, considerado una primicia en esta actividad de origen oriental, donde se documenta por primera vez la apertura llamada Gambito de rey. Pero Ruy López de Segura, igual que la ciudad de Zafra, aún tenía más novedades que ofrecer. En 1563 publica un tratado de gramática, que continúa la senda marcada por el lebrijano Elio Antonio de Nebrija.
Zafra es más que esto porque el hermano de Ruy, Alonso, que había hecho algo de fortuna en Perú construye a la sombra de la parroquia de Candelaria, donde había sido bautizado, el hospital San Ildefonso, en cuyo patio repleto de árboles aprende a jugar la escritora zafrense Dulce Chacón.
Es más porque Dulce Chacón fue una escritora comprometida con su tierra, con sus gentes, sobre todo con las mujeres, y con la memoria que las ata a la época de la dictadura franquista.

La antigua Segeda romana es más porque el casco antiguo está declarado Conjunto Histórico-Artístico de Interés Nacional.
Por todo esto, y por algo más que tienen que comprobar los que visiten esta ciudad antigua que los árabes nombraron a su manera, Zafra merece la pena.
La oficina de Turismo de Zafra deberia publicar en su guia esta interesante informacion sobre su ciudad .
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